Cada día vemos con más crudeza, los efectos sombríos del espíritu humano de nuestra creciente sensación de impotencia, desesperanza y cierto grado de angustia existencial. La salud mental por fin está haciendo tomada en serio por los profesionales de salud y, a su crédito, por los gobiernos. Soy particularmente sensible a la condición emocional de un número, cada vez mayor, de personas que se convierten en veganos basándose en sus creencias éticas sobre la crueldad animal. Éstas intrépidas almas soportan la peor parte del abuso, la crítica, el ostracismo y, en muchos casos la violencia, de squellos que deciden ignorar (por sus propias razones egoístas) los gritos provenientes de esos horribles campos de concentración bien ocultos de desesperación, que llamamos mataderos, granjas de pieles o laboratorios de vivisección.
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Cada día vemos con más crudeza, los efectos sombríos del espíritu humano de nuestra creciente sensación de impotencia, desesperanza y cierto grado de angustia existencial. La salud mental por fin está haciendo tomada en serio por los profesionales de salud y, a su crédito, por los gobiernos.
Soy particularmente sensible a la condición emocional de un número, cada vez mayor, de personas que se convierten en veganos basándose en sus creencias éticas sobre la crueldad animal. Éstas intrépidas almas soportan la peor parte del abuso, la crítica, el ostracismo y, en muchos casos la violencia, de squellos que deciden ignorar (por sus propias razones egoístas) los gritos provenientes de esos horribles campos de concentración bien ocultos de desesperación, que llamamos mataderos, granjas de pieles o laboratorios de vivisección.